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Práctica agrícola II (página 2)



Partes: 1, 2, 3, 4

flora como la fauna, y la
dinámica de las poblaciones hasta la
composición de las comunidades y los flujos de materia y
energía.

Como es un proceso
generador de cambios intensos, la generación de
agroecosistemas es el fenómeno más ampliamente
extendido, si comparamos el resto de las acciones
humanas que modifican el ambiente, el
agroecosistemas es el que afecta a la mayor superficie del globo
terráqueo. Según estimaciones, más de la
mitad de la superficie de la corteza terrestre ha sido destinada
a la práctica de la agricultura
(12%), la ganadería
(25%) o la plantación de bosques artificiales (15%).

El mayor impacto de esta generalización y
expansión de los agroecosistemas en el mundo ha sido la
partición de los habitas naturales en un primer momento y
el consecuente aislamiento por fragmentación. Las
consecuencias biológicas de la fragmentación es que
este nuevo proceso se comporta como islas biogeográficas
que son incapaces de sostener la misma cantidad de especies que
contenían originalmente cuando estaban contiguos unos con
otros. A partir del proceso de fragmentación la diversidad
biológica disminuye drásticamente. Con el tiempo estas
islas también desaparecen por la falta de control estatal,
generándose agroecosistemas puros, generalmente
herbáceos, allí donde en el pasado fueron bosques o
estepas.

La ética
ecológica
de la agricultura reside en la
destrucción del ecosistema
prístino, y de la diversidad biológica en pos de
sistemas
agrícolas para unas pocas especies que el hombre
denomina cereales útiles. Estos agroecosistemas no son
sustentables energéticamente, desde el advenimiento de la
era de los combustibles fósiles, el balance
energético sería posiblemente nulo si se midieran
las diferencias kilocalóricas, empleadas en la
agricultura, y las kilocalorías obtenidas. Es factible que
sin combustibles fósiles muchos serían abandonados
de tener que producir en economía solar.

Estos agroecosistemas pueden clasificarse en diversos
tipos:

  • pastoriles: cuando lo que se utiliza es la biomasa vegetal
    para alimentación de ganado, es allí cuando
    hablamos de sistemas agropecuarios.

  • silvícolas: cuando se foresta con árboles,
    que en general son las especies que el hombre considera de
    interés económico. Pudiendo hablarse de
    Silvopastoriles cuando se asocian árboles y pastizales
    para el ganado.

  • cerealeros: cuando lo que se produce son cereales,
    maíz, sorgo, maní, soja, girasol,
    algodón, trigo, cebada, colza, centeno, mijo, alpiste,
    etc.

De acuerdo con la definición de Soriano y Aguiar
(1998), un agroecosistema puede ser entendido como un
ecosistema que es sometido por el hombre a
frecuentes modificaciones de sus componentes bióticos y
abióticos. Estas modificaciones introducidas por el hombre
en los agroecosistemas afectan prácticamente todos los
procesos
estudiados por los ecólogos, y abarcan desde el comportamiento
de los individuos y la dinámica de las poblaciones hasta
la composición de las comunidades y los flujos de materia
y energía.

Además de ser un proceso generador de cambios intensos,
la implantación de agroecosistemas es un fenómeno
ampliamente extendido, a tal punto que de todas las acciones
humanas que modifican el ambiente, el establecimiento de
agroecosistemas es por lejos el que afecta a la mayor superficie.
En efecto, según estimaciones recientes, más de la
mitad de la superficie de la corteza terrestre ha sido destinada
a la práctica de la agricultura (12%), la ganadería
(25%) o la plantación de bosques artificiales (15%).

Una de las características más relevantes de
esta generalización y expansión de los
agroecosistemas en el mundo ha sido la partición de los
hábitats naturales y el consecuente aislamiento de los
"fragmentos" remanentes, proceso que es conocido generalmente con
el nombre de fragmentación. Una de las principales
consecuencias biológicas de la fragmentación es que
los fragmentos de hábitat
que resultan de este proceso se comportan como "islas" que son
incapaces de sostener la misma cantidad de especies que
contenían originalmente cuando estaban contiguos unos con
otros. Es por esta razón que se ha podido establecer una
clara relación entre el proceso de fragmentación y
la reducción local del número de especies.

El agroecosistema es un Sistema
ecológico natural transformado en área usada para
la producción agrícola o crianza de
ganado, de acuerdo a diferentes tipos y niveles de manejo; en
muchos casos los trabajos son monoespecíficos o
monocultivos, creando muchos y variados problemas
ambientales. Es un sistema agrícola y pecuario, en el
cual un ecosistema se haya sensiblemente modificado y su
estabilidad depende de subsidios energéticos. Pueden ser
identificados a distintos niveles y escalas, por ejemplo un
sistema de producción; un sistema o tipo de uso del
suelo; un
campo, cultivo, rebaño o estanque. Comprenden los
policultivos, sistemas mixtos, incluyendo las asociaciones
cultivos – cría, sistemas agroforestales, sistemas
agrosilvopastoriles, acuicultura, como también praderas,
tierras en barbecho, etc.

Todo agroecosistema presenta componentes bióticos y
físicos, interactuando como un sistema. Estos sistemas
deben ser sostenibles (mantener la producción a
través del espacio y tiempo), estables (permanentes en
función
del manejo de las condiciones ambientales y presiones
económicas), equitativos (igualdad de
condiciones entre productores).

Determinantes del agroecosistema que influyen en la
agricultura de cada región:

A.- Factores Físicos: Radiación,
temperatura,
lluvia, suministro de agua,. B.-
Condiciones del suelo: Declive, disponibilidad de tierra,. C.-
Biológicos: Plagas de insectos y enemigos naturales,
comunidades de malezas, enfermedades de plantas y
animales,
biota del suelo, entorno de vegetación natural,. C.- Modelos de
cultivos: Rotación de cultivos, monocultivo, policultivo,.
D.- Socioeconómicos: Densidad de
población, organización social, economía,
asesoría técnica, herramientas
de cultivo, grado de comercialización, disponibilidad mano
obra,. E.- Culturales: Conocimiento
tradicional, creencias, Ideología, división sexual del
trabajo,
hechos históricos,.

EL AGROECOSISTEMA ES LA UNIDAD ECOLÓGICA PRINCIPAL:
Contiene componentes abióticos y bióticos que son
interdependientes e interactivos, y por medio de los cuales se
procesan los nutrientes y el flujo de energía.

LOS RECURSOS DEL
AGROECOSISTEMA: Podemos agrupar los recursos encontrados en un
agroecosistema en cuatro categorías. . Recursos
naturales: Elementos que provienen de la tierra, del
agua, del clima y de la
vegetación natural (topografía, profundidad del suelo,
pluviosidad, vegetación,.). . Recursos
humanos: Gente que vive y trabaja dentro de un predio y
explota sus recursos para la producción, basándose
en sus incentivos
tradicionales o económicos. . Recursos de capital: Los
recursos de capital son los bienes y
servicios
creados, comprados o prestados por las personas asociadas con el
predio para facilitar la explotación de los recursos
naturales para la producción agrícola. Se trata de
los graneros, cercas, animales de tiro, herramientas,
fertilizantes, abonos, semillas,. . Recursos de
producción: Los recursos de producción comprenden
la producción agrícola del predio como de los
cultivos y el ganado. Estos se transforman en recursos de capital
si se venden o son utilizados para el autoconsumo.

Los agroecosistemas tienden hacia la maduración a
través de sus procesos sucesionales. La estrategia
agrícola acompaña la tendencia natural hacia la
complejidad; el incremento de la biodiversidad
del cultivo tanto sobre como debajo del suelo imita la
sucesión natural y así se requieren menos insumos
externos para mantener la comunidad del
cultivo.

Tres aspectos principales hacen posible la el control de la
sucesión y la protección de los cultivos. En primer
lugar, nos referimos a los policultivos que permiten un mayor
aprovechamiento de nutrientes, protegen el predio contra las
enfermedades y plagas e inhiben el crecimiento de malezas. En
segundo lugar, es muy importante mantener cerrados los ciclos de
nutrientes, agua y desechos para, principalmente, reducir al
máximo todos aquellos insumos que provengan de fuera del
agroecosistema. Por último se hace muy importante el tema
de la conservación del agua y esto se consigue, sobre
todo, a través de la existencia de una cubierta vegetal
continua y estable en el tiempo.

Ecosistemas
Naturales y de la Agricultura Moderna

Ecosistema, sistema dinámico relativamente
autónomo formado por una comunidad natural y su medio ambiente
físico. El concepto, que
empezó a desarrollarse en las décadas de 1920 y
1930, tiene en cuenta las complejas interacciones entre los
organismos —plantas, animales, bacterias,
algas, protozoos y
hongos, entre
otros— que forman la comunidad y los flujos de
energía y materiales que
la atraviesan.

Hay muchas formas de clasificar ecosistemas, y
el propio término se ha utilizado en contextos distintos.
Pueden describirse como ecosistemas zonas tan reducidas como los
charcos de marea de las rocas y tan
extensas como un bosque completo.

Pero, en general, no es posible determinar con exactitud
dónde termina un ecosistema y empieza otro. La idea de
ecosistemas claramente separables es, por tanto, artificiosa.

Los ecosistemas, como todos los sistemas, pueden clasificarse
en abiertos (intercambian materia y energía con el
exterior) y cerrados (no lo hacen). Como veremos todo ecosistema
necesita intercambiar energía con el exterior. Sin
embargo, los intercambios de materia, aunque siempre están
presentes en casi todos los ecosistemas reales, pueden en
principio ser tan reducidos como se quiera. La Biosfera, el
ecosistema formado por todos los seres vivos sobre la Tierra
más la materia inerte con la que interactúan, es un
caso claro de ecosistema prácticamente cerrado en lo que
respecta a los intercambios de materia con el exterior.

A una escala más
modesta, un ejemplo típico de ecosistema natural es un
lago en un paisaje de clima templado. De hecho la
limnología o "ciencia de los
lagos" es una parte muy importan de la ecología, y una de
las primeras históricamente. Es fácil de comprender
por qué: los lagos suelen estar muy bien delimitados (una
característica esencial de cualquier ecosistema) y
además intercambian pocos materiales con el exterior, lo
que hace más fácil su estudio. Los describiremos
brevemente como ejemplo.

Los lagos en un clima templado tienen un funcionamiento
cíclico. Durante la primavera y el verano reciben
más energía (solar) del exterior que la que ceden,
mientras que durante el otoño y el invierno sucede a la
inversa (el lago en promedio más caliente que el aire y, por
tanto, cede energía. Durante la primavera y el verano
el agua esta
estratificada de modo estable, más caliente en la
superficie que en el fondo, ya que el agua caliente pesa menos
que la fría. En la superficie las algas realizan la
fotosíntesis y crean materia
orgánica a partir del CO2 y del oxígeno
disuelto en el agua, más los nutrientes minerales que
llegan de los ríos. Los desechos orgánicos de las
algas muertas, más los seres vivos que se alimentan de
ellas, caen al fondo del lago donde son descompuestos por otros
microorganismos que extraen la energía para sobrevivir de
la descomposición de la materia orgánica muerta.
Durante el otoño y el invierno, el agua de la superficie
se enfría, se hace más densa que la del fondo y
"cae", mezclándose con ,esta y provocando el ascenso de
los nutrientes que han ido cayendo al fondo durante el verano,
así el ciclo puede volver a comenzar.

Los lagos se clasifican en oligotróficos (oligo=poco) y
eutróficos, según que la descomposición de
los materiales en el fondo sea aerobia (en presencia de
oxígeno) o anaerobia. El primer caso se produce cuando hay
pocos nutrientes (de ahí el nombre de oligotrófico)
y el segundo cuando hay demasiados nutrientes y no hay
oxígeno suficiente en el fondo para efectuar la
descomposición aerobia (u oxidación), con lo que la
anaerobia toma su lugar, produciéndose gases
malolientes como el metano,
sulfhídrico, etc. y lodos negros en el fondo del lago.

Entenderemos mejor la diferencia entre un lago
oligotrófico y uno eutrófico planteando la
ecuación general de la vida aerobia (que es la dominante
en la Tierra):

CO2+agua+minerales+energía (solar) materia
orgánica+oxígeno

Cuando la reacción discurre hacia la derecha se
está realizando la fotosíntesis, mediante la cual los
vegetales verdes sintetizan la materia orgánica a partir
de la energía
solar, y cuando discurre hacia la derecha se está
realizando la respiración o descomposición aerobia
de la materia orgánica, de la que la mayoría de los
seres vivos extraen la energía para vivir. Ponemos "solar"
entre paréntesis en la ecuación, para enfatizar que
cuando la reacción discurre hacia la derecha, la
energía que se toma del ambiente es la energía
solar. En cambio, cuando
la reacción discurre hacia la izquierda, la energía
que aparece en la ecuación es la que los seres vivos
necesitan para mantener su actividad vital. La
eutrofización ocurre cuando hay demasiada materia
orgánica (o demasiado poco oxígeno) en el fondo del
lago, de modo que los organismos anaerobios (más
primitivos y menos eficientes) toman el relevo en la
descomposición de la materia orgánica, extrayendo
energía por medios menos
eficientes y provocando desechos desagradables o incluso
venenosos para los seres aerobios (como nosotros).

El ejemplo del lago sirve para ilustrar algunos conceptos
elementales en el estudio de los ecosistemas:

La biomasa es el conjunto de la materia viva de un ecosistema
(medible en toneladas, kg., etc… de carbono o
también de "peso en seco"). En los ecosistemas terrestres
casi toda la biomasa es vegetal (autótrofa), siendo la
biomasa animal (heterótrofa) menos de una milésima
de aquella. Esto es lógico si tenemos en cuenta que la
biomasa vegetal es la única que posee la propiedad de
producir más biomasa a partir de la materia
inorgánica.

Los ciclos son muy importantes en ecología. Ya hemos
visto como el comportamiento de los lagos templados es
cíclico en el tiempo, reciclándose los productos de
la descomposición de la materia orgánica en el
fondo del lago de un año para otro. Una parte importante
de la ecología es el estudio de los ciclos de los
distintos materiales elementales (carbono, oxígeno,
nitrógeno, fósforo, etc…) en cada ecosistema en
particular y en toda la Biosfera.

La sucesión de estados en un ecosistema es
también muy importante. En los lagos templados hay una
sucesión de estados diferentes de verano a verano, en los
cuales el comportamiento y la composición del ecosistema
difieren mucho de un estado a otro.
Este es un tipo de sucesión cíclica que aparece en
todos los climas con estaciones. Existe otro tipo de
sucesión, que no es cíclica, que es el que aparece
cuando un ecosistema es devastado (por ejemplo por un incendio),
mediante la cual el ecosistema vuelve a su estado inicial.

Un ejemplo de esta sucesión aparece cuando un bosque se
quema. Aparecen entonces una serie de plantas que colonizan la
zona quemada (jaras, etc.) y que preparan el terreno para la
regeneración del bosque. Al estado final de esta
sucesión se le denomina clímax (y a la
sucesión climática). Durante la sucesión
climática aparece una serie temporal de estados
diferentes, que se caracterizan en casi todos los casos por la
siguiente regla: a medida que avanza la sucesión, la
productividad
de biomasa permanece constante (ya que es básicamente
proporcional a la superficie y a la irradiación solar), la biomasa total
aumenta, la destrucción de biomasa por el metabolismo y
la respiración de animales y plantas aumenta al mismo
ritmo y, finalmente, se llega a un estado de equilibrio
dinámico en el que la destrucción y la
producción de biomasa se igualan. Este estado es el
clímax (en climas con estaciones, el clímax hay que
entenderlo como un estado de equilibrio dinámico con
oscilaciones anuales). El ejemplo típico de clímax
es el ecosistema de la selva húmeda tropical, un
ecosistema con gran producción de biomasa, que es
inmediatamente destruida por el metabolismo de los seres vivos y
con ciclos casi perfectos de todos los nutrientes. Como ocurre en
la selva tropical, una característica de las sucesiones
climáticas es que la biodiversidad (el número de
especies presentes en el ecosistema) crece a medida que nos
acercamos al clímax.

No todos los ecosistemas pueden recuperarse tras una
catástrofe e iniciar la sucesión climática.
Esta incapacidad la describimos con la palabra fragilidad (del
ecosistema). La selva húmeda tropical, a diferencia de los
bosques templados, es un ecosistema muy frágil, por lo que
la actual destrucción de grandes zonas de selva es, en
muchos casos, irreversible.

Efecto de las
actividades humanas sobre los ecosistemas

Todos los medios y ecosistemas naturales
se enfrentan ahora a una dificultad sin precedentes: la
humanidad. El ser humano ha comprimido en unos pocos siglos
cambios que en su ausencia hubiesen exigido miles o millones de
años. Las consecuencias de estos cambios están
todavía por ver. A continuación se describen los
impactos más importantes de la actividad de los seres
humanos sobre los ecosistemas (véase Impacto
ambiental).

  • Destrucción y fragmentación de
    hábitat

La influencia más directa del hombre
sobre los ecosistemas es su destrucción o
transformación. La tala a matarrata (el corte de todos los
árboles
de una extensión de bosque) destruye, como es
lógico, el ecosistema forestal. También la
explotación selectiva de madera altera
el ecosistema. Lo mismo ocurre con la desecación de
humedales que se ha llevado a cabo de forma sistemática
(para ganar tierras de cultivo o eliminar la fuente de
enfermedades) y cuyo mayor exponente es la desecación del
mar de Aral por el aprovechamiento de las aguas de sus
tributarios.

La fragmentación o división en pequeñas
manchas de lo que era un ecosistema continuo puede alterar
fenómenos ecológicos e impedir que las parcelas
supervivientes continúen funcionando como antes de la
fragmentación.

  • Cambio climático

Ahora se acepta de forma generalizada que
las actividades de la humanidad están contribuyendo al
calentamiento
global del planeta, sobre todo por acumulación en la
atmósfera de gases de efecto
invernadero.

Las repercusiones de este fenómeno probablemente se
acentuarán en el futuro. Como ya se ha señalado, el
cambio climático es una característica natural de
la Tierra. Pero antes sus efectos se podían asimilar,
porque los ecosistemas "emigraban" desplazándose en
latitud o altitud a medida que cambiaba el clima.

Como ahora el ser humano se ha apropiado de gran parte del
suelo, en muchos casos los ecosistemas naturales o seminaturales
no tienen ningún sitio al que emigrar.

  • Contaminación

La contaminación del medio ambiente
por herbicidas, plaguicidas, fertilizantes, vertidos industriales
y residuos de la actividad humana es uno de los fenómenos
más perniciosos para el medio ambiente.

Los contaminantes son en muchos casos invisibles, y los
efectos de la contaminación
atmosférica y del agua pueden no ser inmediatamente
evidentes, aunque resultan devastadores a largo plazo. Las
consecuencias de la lluvia
ácida para los ecosistemas de agua dulce y forestales
de gran parte de Europa
septentrional y central es un fenómeno que ilustra este
apartado.

  • Especies introducidas

El hombre ha sido responsable deliberado o
accidental de la alteración de las áreas de
distribución de un enorme número de
especies animales y vegetales. Esto no sólo incluye los
animales domésticos y las plantas cultivadas, sino
también parásitos como ratas, ratones y numerosos
insectos y hongos.

Las especies naturalizadas pueden ejercer una influencia
devastadora sobre los ecosistemas naturales por medio de sus
actividades de depredación y competencia,
sobre todo en islas en las que hay especies naturales que han
evolucionado aisladas.

Así, la introducción de zorros, conejos, sapos,
gatos monteses y hasta búfalos han devastado muchos
ecosistemas de Australia. Plantas, como el arbusto sudamericano
del género
Lantana, han invadido el bosque natural en muchas islas
tropicales y subtropicales y han provocado alteraciones graves en
estos ecosistemas; el jacinto acuático africano,
género Eichhornia, también ha perturbado
de forma similar los ecosistemas de agua dulce de muchos lugares
cálidos del mundo.

En el litoral mediterráneo, la introducción
accidental del alga marina Caulerpa taxifolia
está provocando la desaparición de las ricas y
productivas comunidades de fanerógamas marinas, las
praderas de Posidonia.

  • Sobreexplotación

La captura de un número excesivo de
animales o plantas de un ecosistema puede inducir cambios
ecológicos sustanciales. El ejemplo más importante
en la actualidad es la sobrepesca en los mares de todo el mundo.
El agotamiento de la mayor parte de las poblaciones de peces es, sin
duda, causa de cambios importantes, aunque sus repercusiones a
largo plazo son difíciles de evaluar
(véase Pesca comercial).

Control de la
influencia humana sobre los ecosistemas

Controlar el cambio de los ecosistemas puede
ser para la humanidad el reto más importante durante el
presente milenio. Será necesario encontrar soluciones a
todas las escalas, desde la local hasta la mundial, incidiendo en
todos los estratos sociales, desde la clase política, hasta los
niños y
estudiantes, promoviendo programas de
educación
ambiental en escuelas y centros educativos.

La protección de los ecosistemas
naturales que quedan en parques nacionales y otras áreas
protegidas es decisiva. Pero esto no evitará la influencia
de factores como el cambio climático o la
contaminación arrastrada por el aire y el agua.

Además, la continua pérdida de terreno que
experimentan las áreas naturales significa que
probablemente exigirán una gestión
más activa para mantener sus funciones
ecológicas: control de especies exóticas,
manipulación de los niveles de agua en los humedales,
incendios
periódicos controlados en hábitat forestales, entre
otros.

Esta clase de intervenciones son siempre peligrosas, pues
todavía desconocemos el funcionamiento de la mayor parte
de los ecosistemas.

El control de la contaminación y de
la emisión de gases de invernadero exigirá adoptar
medidas a escala mundial; también requiere medidas
coordinadas de este tipo la interrupción del deterioro de
las pesquerías marinas por sobrepesca.

En última instancia, la solución estriba en
controlar el crecimiento de la población humana y en
adoptar una postura mucho más restrictiva en cuanto al uso
de recursos naturales y energía.

Principales
ecosistemas

No obstante, el concepto de ecosistema ha
demostrado su utilidad en
ecología. Se aplica, por ejemplo, para describir los
principales tipos de hábitat del planeta.

Ecosistemas terrestres: árticos y alpinos, propios de
regiones frías y sin árboles; bosques, que pueden
subdividirse en un amplio abanico de tipos, como selva lluviosa
tropical o pluviselva, bosque mediterráneo perennifolio,
bosques templados, boreales y bosques templados caducifolios;
praderas y sabanas; y desiertos y ecosistemas
semiáridos.

Ecosistemas de agua dulce: lagos, ríos y pantanos.

También hay ecosistemas híbridos, terrestres y
de agua dulce, como las llanuras de inundación
estaciónales. La gama de ecosistemas marinos es
amplísima: arrecifes de
coral, manglares, lechos de algas y otros ecosistemas
acuáticos litorales y de aguas someras, ecosistemas de mar
abierto o los misteriosos y poco conocidos sistemas de las
llanuras y fosas abismales del fondo oceánico.

El término ecosistema puede también
utilizarse para describir áreas geográficas que
contienen un espectro amplio de tipos de hábitat
mutuamente vinculados por fenómenos ecológicos.
Así, la región del Serengeti-Seronera, en África
oriental, una de las regiones salvajes más espectaculares
del mundo, suele considerarse como un único ecosistema
formado por distintos hábitat: llanuras herbáceas,
sabana arbórea, espesuras, manchas de bosque,
afloramientos rocosos (localmente denominados koppies o kopjes),
ríos, arroyos y charcas estaciónales. Asimismo, las
zonas más productivas de los océanos se han
dividido en una serie de grandes ecosistemas marinos que
contienen hábitat muy variado. Son ejemplos de grandes
ecosistemas marinos de características muy distintas: el
mar Negro, el sistema formado por la corriente de Benguela,
frente a la costa suroccidental de África, o el golfo de
México.

Impactos ambientales de la agricultura
moderna:

La agricultura siempre ha supuesto un impacto ambiental
fuerte. Hay que talar bosques para tener suelo apto para
el cultivo, hacer embalses de agua para regar, canalizar
ríos, etc. La agricultura moderna ha multiplicado los
impactos negativos sobre el ambiente. La
destrucción y salinización del suelo, la
contaminación por plaguicidas y fertilizantes, la deforestación o la pérdida de
biodiversidad genética,
son problemas muy
importantes a los que hay que hacer frente para poder seguir
disfrutando de las ventajas que la revolución
verde nos ha traído.

Los principales impactos negativos son:

a) Erosión
del suelo

La destrucción del suelo y su pérdida al ser
arrastrado por las aguas o los vientos suponen la pérdida,
en todo el mundo, de entre cinco y siete millones de
hectáreas de tierra cultivable cada año,
según datos de la FAO
de 1996. El mal uso de la tierra, la tala de bosques, los
cultivos en laderas muy pronunciadas, la escasa
utilización de técnicas
de conservación del suelo y de fertilizantes
orgánicos, facilitan la erosión. En la
península Ibérica la degradación de los
suelos es un
problema de primera importancia.

En los lugares con clima seco el viento levanta de los suelos
no cubiertos de vegetación o de los pastizales
sobreexplotados, grandes cantidades de polvo que son la principal
fuente de contaminación del aire por
partículas en estos lugares. 

b) Salinización y anegamiento de suelos muy
irrigados

Cuando los suelos regados no tienen un drenaje suficientemente
bueno se encharcan con el agua y cuando el agua se evapora, las
sales que contiene el suelo son arrastradas a la superficie.
Según datos de la FAO casi la mitad de las tierras de
regadío del mundo han bajado su productividad por este
motivo y alrededor de 1,5 millones de hectáreas se pierden
cada año.

c) Uso excesivo de fertilizantes y plaguicidas

Los fertilizantes y pesticidas deben ser usados en las
cantidades adecuadas para que no causen problemas. En muchos
lugares del mundo su excesivo uso provoca contaminación de
las aguas cuando estos productos son arrastrados por la lluvia.
Esta contaminación provoca eutrofización de las
aguas, mortandad en los peces y otros seres vivos y daños
en la salud humana.

Especialmente difícil de solucionar es la
contaminación de las aguas subterráneas con este
tipo de productos. Muchos acuíferos de las zonas
agrícolas se han contaminado con nitratos hasta un nivel
peligroso para la salud humana, especialmente para los
niños.

Un ejemplo especialmente dramático ha sido el del mar
de Aral.

Al mismo tiempo, en otros países, el uso de cantidades
demasiado pequeñas de fertilizantes disminuye los
nutrientes del suelo, con lo que contribuye a su
degradación.

d) Agotamiento de acuíferos

En las zonas secas y soleadas se obtienen excelentes
rendimientos agrícolas con el riego y en muchos lugares,
pro ejemplo en los conocidos invernaderos de Almería, se
acude a las aguas subterráneas para regar. Pero los
acuíferos han tardado en formarse decenas de años y
cuando se les quita agua en mayor cantidad que la que les llega
se van vaciando. Por este motivo las fuentes que
surgían se secan, desaparecen humedales tradicionales en
esa zona, y si están cerca del mar el agua salada va
penetrando en la bolsa de agua, salinizándola, hasta
hacerla inútil para sus usos agrícolas o para el
consumo
humano.

e) Pérdida de diversidad
genética

En la agricultura y ganadería tradicionales
había un gran aislamiento geográfico entre los
agricultores y ganaderos de unas regiones y otras y por eso, a lo
largo de los siglos, fueron surgiendo miles de variedades de cada
planta o animal domesticado. 

Esto supone una gran riqueza genética que aprovechaban
los que hacían la selección
de nuevas variedades. Su trabajo consiste, en gran parte en
cruzar unas variedades con otras para obtener combinaciones
genéticas que unan ventajas de todas ellas. Si se quiere
conseguir una planta de trigo apta para un clima frío, que
tenga el tallo corto y sea resistente a unas determinadas
enfermedades, los genetistas buscaban las variedades que
poseían alguna de esas características y las iban
entrecruzando entre sí hasta obtener la que reunía
todas.

En la actualidad cuando una variedad es muy ventajosa, la
adoptan los grandes cultivadores de todo el mundo, porque
así pueden competir económicamente en el mercado mundial.
El resultado es que muchas variedades tradicionales dejan de
cultivarse y se pierden si no son recogidas en bancos de
semillas o instituciones
especiales. 

Por otra parte, la destrucción de bosques, pantanos,
etc. para dedicar esos terrenos a la agricultura provoca la
desaparición de un gran número de
ecosistemas. 

También la agricultura moderna ha introducido el
monocultivo, práctica en la que enormes extensiones de
terreno se cultivan con una sola variedad de planta. Esto supone
un empobrecimiento radical del ecosistema, con la consiguiente
pérdida de habitats y de especies.

f) Deforestación

Alrededor de 14 millones de hectáreas de bosques
tropicales se pierden cada año. Se calcula que la quema de
bosques para dedicarlos a la agricultura es responsable del 80%
al 85% de esta destrucción. 

La agricultura moderna no es la principal responsable de esta
deforestación, porque sus aumentos de producción se
han basado mucho más en obtener mejores rendimientos por
hectárea cultivada que en poner nuevas tierras en cultivo.
De hecho, en España,
por ejemplo, todos los años disminuye la extensión
de las tierras cultivadas cuando muchas de ellas son abandonadas
por su baja productividad.

La principal causa de destrucción del bosque es la
agricultura de subsistencia de muchas poblaciones pobres de los
países tropicales. Estos agricultores queman los bosques y
la superficie así conseguida, gracias al abono de las
cenizas, les permite obtener unas pocas cosechas, hasta que el
terreno se empobrece tanto en nutrientes que se hace improductivo
y deben acudir a otro lugar para quemar de nuevo otra
porción de selva y repetir el proceso.

g) Consumo de combustibles fósiles y
liberación de gases invernadero

La acción
del hombre sobre el planeta ha sido tan notable, especialmente en
el último siglo, que se puede afirmar que no existe
ecosistema que no esté afectado por su actividad. Desde
hace milenios el hombre ha explotado y modificado la naturaleza
para subsistir, pero en los últimos decenios además
ha producido miles de sustancias nuevas que se han difundido por
toda la atmósfera, la hidrosfera, los suelos y la
biosfera. 

Acción del
hombre sobre el ecosistema

Todos los organismos consumidores viven de la
explotación del ecosistema y la especie humana
también necesita explotarlo para asegurar su
supervivencia. De la naturaleza se obtienen los alimentos y a la
naturaleza se devuelven los residuos que generamos con nuestra
actividad. La energía que empleamos la obtenemos, en su
mayoría, de la combustión de reservas de compuestos de
carbono (petróleo, carbón, gas) almacenados
por el trabajo de
los productores del ecosistema a lo largo de muchos millones de
años.

En la actualidad no se puede entender el funcionamiento de la
mayor parte de los ecosistemas si no se la tiene en cuenta la
acción humana. Dado el número de individuos y la
capacidad de acción que tiene nuestra especie en estos
momentos la influencia que ejercemos sobre la naturaleza es
enorme. La biomasa humana es del orden de cienmilésimas
(10-5) de la total de la biosfera, pero, cualitativamente, su
influencia es muy fuerte. Entre las acciones humanas que
más influyen en el funcionamiento de los ecosistemas
tenemos:

 a) Agricultura y ganadería

Cuando se cultivan los campos, se talan los bosques, se
pesca o se
cría ganado, se "explota" al resto de la naturaleza y se
provoca su "regresión" en el sentido
ecológico; es decir, el ecosistema se rejuvenece y deja de
seguir el proceso de sucesión natural.

Los ecosistemas tienden naturalmente al incremento de estructura y
complejidad, disminuyendo su producción neta cuando
están maduros. El hombre, por el contrario, intenta
obtener el máximo rendimiento del ecosistema, por lo que
le interesa mantenerlo en etapas juveniles en las que la
productividad neta es mayor. En las actividades agrícolas
y ganaderas se retira biomasa de los ecosistemas explotados y se
favorece a las especies oportunistas (frecuentemente
monocultivos), lo que disminuye la diversidad de especies del
primitivo ecosistema.

También se disminuye la diversidad eliminando otros
animales competidores (roedores, lobos, aves, etc.)
mediante la caza, el uso de venenos, etc.

El trabajo agrícola afecta también al ecosistema
suelo. Al arar se mezclan los horizontes del suelo y se rompe la
estructura para liberar nutrientes que puedan usar las plantas.
Por otra parte al recoger la cosecha no se devuelve al suelo los
nutrientes y hay que abonar para obtener nuevas cosechas. La
agricultura moderna es un cambio de combustibles fósiles
(petróleo)
por alimentos, pues hay que usar gran cantidad de energía
para fabricar fertilizantes y pesticidas, trabajar la tierra,
sembrarla, recoger la cosecha, etc.

La oposición profunda entre explotación y
sucesión es el punto crucial de toda la
problemática de conservación de la naturaleza. El
hombre necesita producción porque gran parte de lo que
consume lo tiene que obtener de la naturaleza, pero
también necesita muchas otras cosas como una
atmósfera y clima regulados por los océanos y las
masas de vegetación, agua limpia -es decir,
oligotrófica -; recursos vitales, estéticos y
recreativos proporcionados por el paisaje, etc. El problema es
conseguir el adecuado equilibrio entre estos factores.

 b) Obtención de energía y materias
primas

La explotación del petróleo y del gas, la
minería
del carbón y del resto de minerales y el transporte de
materias primas y productos terminados suponen también, un
fuerte impacto sobre los ecosistemas. Traen consigo carreteras,
grandes movimientos de tierra, sobre todo en la minería a
cielo abierto, concentración y producción de
sustancias tóxicas, en todos los lugares de la tierra y
los océanos. 

 c) Reciclado de residuos

El vertido de residuos es otra fuerte de impacto sobre la
naturaleza. En ocasiones provocan tal concentración de
productos tóxicos en un ecosistema que causa graves
daños a los seres vivos. Hablamos de contaminación
o polución para referirnos a estos cambios de las
condiciones del ecosistema.

El hombre siempre ha confiado en los sistemas naturales para
limpiar y depurar sus residuos y los ha vertido a ríos,
mares y vertederos terrestres. La capacidad de la naturaleza para
reciclar los materiales, diluir los tóxicos y limpiar el
aire y el agua es muy grande, pero la actividad industrial genera
tan gran variedad y cantidad de contaminación que
sobrepasa la capacidad equilibradora y depuradora de la
atmósfera.

Especial interés
tienen los compuestos que como el DDT se va acumulando en la
cadena trófica y llegan a alcanzar concentraciones muy
altas en los tejidos de los
consumidores secundarios o terciarios, provocando importantes
alteraciones en su metabolismo. 

También veremos con detalle como la emisión de
algunos gases en grandes cantidades a la atmósfera, como
el CO2 o los CFC, está produciendo alteraciones en el
funcionamiento normal del clima o de la protección contra
las radiaciones peligrosas.

Los miles de nuevos productos químicos sintetizados en
los últimos decenios tienen especial interés,
porque al ser muchos de ellos moléculas que no
existían antes son, en ocasiones, difíciles de
metabolizar y reciclar por la naturaleza. Además algunos
de ellos son parecidos a moléculas químicas del
metabolismo e interfieren en su funcionamiento, como
probablemente esté pasando con sustancias químicas
similares a las hormonas
esteroideas.

d) Destrucción de ecosistemas naturales

El uso de recursos por el hombre deja en ocasiones a los
ecosistemas sin componentes que les son imprescindibles.
Así sucede cuando desviamos cursos de agua para usarlos en
regadío o abastecimiento de ciudades y el cauce de los
ríos queda sin caudal suficiente para mantener el
ecosistema. O cuando se construye en las zonas del litoral sobre
marismas.

e) Introducción de organismos ajenos al
ecosistema 

La actividad humana mueve muchas especies de unos lugares a
otros. A veces conscientemente y otras sin querer, al transportar
mercancías o viajar de unos sitios a otros. 

Muchas de estas especies son beneficiosas por su
aprovechamiento agrícola o ganadero, como la patata y el
maíz
que fueron introducidas en Europa y son un importantísimo
recurso alimenticio. Otras sirven para controlar plagas. Pero
algunas son muy perjudiciales, porque no tienen depredadores que
las controlen y se convierten en plagas. Siempre hay que tener en
cuenta que la alteración del ecosistema es muy
difícil de prever y sus efectos secundarios
difíciles de controlar.

Ecosistemas
pecuarios

VEGETACION

La vegetación natural dominante
está representada por:Musgos: Entre estas especies
se encuentran los musgos de la turba (Sphagnum spp) y el
llantén de páramo (Plamtago rigida),
característicos de zonas pantanosas. Pajonales o
Gramíneas:
Están representados por la paja
ratón (Callamagrostis), carrizo (Cortadeiras),
frailejón (Espeletia spp), chite (Hypericum), vira-vira
(Gnaphalium spp), chusque (Chusque spp), romero de páramo
(Senecio spp), gaque (Clusia spp), y cardo (Puyas).
Arbóreas y arbustivas: Compuestas por
mortiño (Hesperomeles spp), chilco (Baccharis spp),
quiebra barriga
(Pernettya spp), y encenillo (Weinmania spp).

Estas especies ayudan a la regulación y
captación de agua proveniente de los procesos de
condensación en ésta zona. La estructura y
composición del corresponden a un mosaico de formaciones
arbustivas, que también cumple una función esencial
de protección, mantenimiento
y recarga de acuíferos.

FAUNA

En estos ecosistemas se pueden encuentrar
anfibios (familias Leptodactylidae, Dendrobatidae e
Hylidae) y pequeños reptiles como lagartijas, salamandras
y especies de la familia
Iguanidae, Gymnophtalmidae y Analis. También están
presentes mamíferos como conejos (Sylvilagus
brasilliensis), comadrejas (Caluromis dervianus), curíes
(Cavia sp), guagua (Agouti taczanowskii), danta de montaña
(Tapirus pinchaque), venado perro (Pudu mephistophiles), venado
matacán (Mazama americana) y osos (Tremactus
ornatus).Entre las aves representativas se encuentran el
cóndor (Vultur gryphus), el águila (Oroaetus
isidori), las alondras (Anthus bogotensis), los patos (Oxyura spp
y Anas), la mirla (Turdus fuscater) y colibríes, entre
otras. La flora y fauna contribuyen al equilibrio especial de la
dinámica del ecosistema.

Importancia y
problemática

Son ecosistemas estratégicos debido a su gran potencial
de almacenamiento y
regulación hídrica, para abastecer acueductos, ser
recargada de acuíferos y nacimiento de los principales
ríos. Desde el punto de vista sociocultural, estas
áreas han jugado un papel relevante respecto de la
relación hombre – montaña, como lugar sagrado y de
gran valor en
mitos y
leyendas.

Los procesos de ocupación desde la época de
colonización eran temporales tanto para cacería
como para agricultura. Sin embargo, la adaptación de los
cultivos agrícolas extensivos y la introducción del
sector pecuario se suscriben a un período reciente de 60
años.

Por otra parte, las tecnologías utilizadas, el uso
inadecuado de agroquímicos y pesticidas no
han tenido en cuenta la fragilidad de los páramos y ha
dejado una devastadora y aún no calculada pérdida.
Entre las diferentes actividades que han causado impactos sobre
el ecosistema se encuentran:

  • Prácticas económicas productivas desde la
    época hispánica.

  • Deterioro de suelos por cultivos extensivos y su
    intensificación (ampliación de la frontera
    agrícola).

  • Quemas reiteradas.

  • Impacto de los sistemas pecuarios extensivos sobre los
    suelos, vegetación y fauna natural.

  • Procesos de ocupación (colonización
    indígena y campesina, ubicación de sistemas de
    comunicación, torres eléctricas y controles
    militares).

  • Impacto y proyección de Macroproyectos (Embalses,
    explotación minera).

  • Contaminación de humedales, acuíferos, suelo
    y subsuelo con agroquímicos y pesticidas.

Evitemos las quemas e incendios

Seamos muy
cuidadosos cuando estamos en el campo, cualquier imprudencia
puede ocasionar una quema o incendio. Si preparamos alimentos en
el campo, asegurémonos que no quedan restos de leña
o carbón encendidos. No dejemos ninguna clase de
desperdicios o basuras en el bosque o en el campo, como botellas
de
vidrio,
éstas por acción del sol pueden iniciar un
incendio.

ACCIONES PARA CONSERVAR Y PROTEGER Para conservar es
necesario que las autoridades ambientales, la empresa
privada y la comunidad trabajen unidos.

CONSERVEMOS LA COBERTURA VEGETAL No retiremos la
vegetación que se encuentra en las zonas de páramo,
especialmente el musgo, que en época navideña se
utiliza para hacer pesebres y arreglos navideños. Si esto
sucede promoveremos su destrucción a través del
comercio
ilegal.

NO UTILICEMOS LOS PARAMOS PARA ACTIVIDADES
AGROPECUARIAS
Evitemos la utilización de las zonas
para convertirlas en potreros para mantener vacas, ovejas o
caballos. Cuando se tienen muchos de estos animales en un potrero
pequeño, y durante mucho tiempo esta actividad destruye la
vegetación de páramo, a la cual le va ha tomar
mucho tiempo en recuperarse.

Biodiversidad

Biodiversidad (neologismo del inglés
Biodiversity, a su vez del griego ß??-, vida, y del
latín diversitas, -, variedad), también llamada
diversidad biológica, es el término [1] por el que
se hace referencia a la amplia variedad de seres vivos sobre la
Tierra y los patrones naturales que conforma, resultado de miles
de millones de años de Evolución según procesos naturales y
también, de la influencia creciente de las actividades del
ser humano. La biodiversidad comprende igualmente la variedad de
ecosistemas y las diferencias genéticas dentro de cada
especie que permiten la combinación de múltiples
formas de vida, y cuyas mutuas interacciones y con el resto del
entorno, fundamentan el sustento de la vida sobre el planeta.

La Cumbre de la Tierra celebrada por Naciones Unidas
en Rio de Janeiro en 1992 reconoció la necesidad mundial
de conciliar la preservación futura de la biodiversidad
con el progreso humano según criterios de sostenibilidad o
sustentabilidad promulgados en el Convenio internacional sobre la
Diversidad Biológica que fue aprobado en Nairobi el 22 de
mayo de 1972, fecha posteriormente declarada por la Asamblea
General de la ONU como
"Día internacional de la biodiversidad".

Origen y evolución del término

El término biodiversidad proviene
etimológicamente del griego ß??-, vida, y del
latín diversitas, -, variedad). También se utiliza
diversidad biológica [2] , y RAE lo define como "variedad
o abundancia de varias cosas distintas"[3]

Sin embargo el concepto, por su carácter intuitivo, ha presentado ciertas
dificultades para su definición precisa, tal como
señaló Fermín Martín Piera [4] al
argumentar que el abuso en su empleo
podría vaciarlo de contenido, ya que en sus palabras:
suele suceder en la historia del pensamiento
que los nuevos paradigmas
conviven durante un tiempo con las viejas ideas, considerando
junto a otros autores que el concepto de biodiversidad fue ya
apuntado por la propia Teoría
de la evolución.

A principios del
siglo XX, los ecólogos Jaccard y Gleason propusieron en
distintas publicaciones los primeros índices
estadísticos destinados a comparar la diversidad interna
de los ecosistemas. A mediados del siglo XX, el interés
científico creciente permitió el desarrollo del
concepto para describir la complejidad y organización,
hasta que en 1980, Thomas Lovejo y propuso la expresión
diversidad biológica[5] .

Definición

Si en el campo de la biología la
biodiversidad se refiere al número de poblaciones de
organismos y especies distintas, para los ecólogos el
concepto incluye la diversidad de interacciones durables entre
las especies y su ambiente inmediato o biotopo, el ecosistema en
que los organismos viven. En cada ecosistema, los organismos
vivientes son parte de un todo actuando recíprocamente
entre sí, pero también con el aire, el agua, y el
suelo que los rodean.

Se distinguen habitualmente tres niveles en la biodiversidad,
al que puede añadirse un cuarto:

  • Genética o diversidad
    intraespecífica, consistente en la diversidad de
    versiones de los genes (hálelos) y de su
    distribución, que a su vez es la base de las
    variaciones interindividuales (la variedad de los
    genotipos).

  • Específica, entendida como diversidad
    sistemática, consistente en la pluralidad de los
    sistemas genéticos o genomas que distinguen a las
    especies.

  • Ecosistémica, la diversidad de las
    comunidades biológicas (biocenosis) cuya suma
    integrada constituye la Biosfera.

Hay que incluir también la diversidad interna de los
ecosistemas, a la que se refiere tradicionalmente la
expresión diversidad ecológica.

Importancia de la biodiversidad

El valor esencial de la biodiversidad reside en que es
resultado de un proceso histórico natural de gran
antigüedad. Por esta sola razón, la diversidad
biológica tiene el inalienable derecho de continuar su
existencia. El hombre y su cultura, como
producto y
parte de esta diversidad, debe velar por protegerla y
respetarla.

Además la biodiversidad es garante de bienestar y
equilibrio en la biosfera. Los elementos diversos que componen la
biodiversidad conforman verdaderas unidades funcionales, que
aportan y aseguran muchos de los "servicios" básicos para
nuestra supervivencia.

Finalmente desde nuestra condición humana, la
diversidad también representa un capital natural [7] . El
uso y beneficio de la biodiversidad ha contribuido de muchas
maneras al desarrollo de la cultura humana, y representa una
fuente potencial para subvenir a necesidades futuras.

Considerando que la diversidad biológica desde el punto
de vista de sus usos presentes y potenciales y sus beneficios, es
posible agrupar los argumentos en tres categorías
principales.

El papel ecológico

Hace referencia al papel de la diversidad biológica
desde el punto de vista sistémico y funcional
(ecosistemas). Al ser indispensables a nuestra propia
supervivencia, muchas de estas funciones suelen ser llamadas
"servicios":

Los elementos que constituyen la diversidad biológica
de un área son los reguladores naturales de los flujos de
energía y de materia. Cumplen una función
importante en la regulación y estabilización de las
tierras y zonas litorales. Por ejemplo, en las laderas
montañosas, la diversidad de especies en la capa vegetal
conforma verdaderos tejidos que protegen las capas inertes
subyacentes de la acción mecánica de los elementos como el viento y
las aguas de escorrentía. La biodiversidad juega un papel
determinante en procesos atmosféricos y climáticos.
Muchos intercambios y efectos de las masas continentales y los
océanos con la atmósfera son producto de los
elementos vivos (efecto albedo, evapotranspiración, ciclo
del carbono, etc). La diversidad biótica de un sistema
natural es uno de los factores determinantes en los procesos de
recuperación y reconversión de desechos y
nutrientes. Además algunos ecosistemas presentan
organismos o comunidades capaces de degradar de toxinas, o de
fijar y estabilizar compuestos peligrosos de manera natural.

Aun con el desarrollo de la agricultura y la
domesticación de animales, la diversidad biológica
es indispensable para mantener un buen funcionamiento de los
agroecosistemas [8] . La regulación trofo-dinámica
de las poblaciones biológicas solo es posible respetando
las delicadas redes que se establecen en
la naturaleza. El desequilibrio en estas relaciones ya ha
demostrado tener consecuencias negativas importantes. Esto es
aún más evidente con los recursos marinos, donde la
mayoría de las fuentes alimenticias consumidas en el mundo
son capturadas directamente en el medio. La respuesta a las
perturbaciones (naturales o antrópicas) tiene lugar a
nivel sistémico, mediante vías de respuesta que
tienden a volver a la situación de equilibrio inicial. Sin
embargo, las actividades humanas han aumentado
dramáticamente en cuanto a la intensidad y afectando
irremediablemente la diversidad biológica de algunos
ecosistemas, vulnerando en muchos casos esta capacidad de
respuesta con resultados catastróficos.

La investigación sugiere que un ecosistema
más diverso puede resistir mejor a la tensión
medioambiental y por consiguiente es más productivo. Es
probable que la pérdida de una especie disminuya la
habilidad del sistema para mantenerse o recuperarse de daño o
perturbación. Simplemente como una especie con la
diversidad genética alta, un ecosistema con la
biodiversidad alta puede tener una oportunidad mayor de adaptar
al cambio medioambiental. En otros términos: cuantas
más especies comprenden un ecosistema, más probable
es que el ecosistema sea más estable. Los mecanismos que
están debajo de estos efectos son complejos y
calurosamente disputados. Sin embargo, en los recientes
años, se ha dejado claro que realmente hay efectos
ecológicos de biodiversidad.

Una elevada disponibilidad de recursos en el ambiente favorece
una mayor biomasa, pero también la dominancia
ecológica, y frecuentemente ecosistemas relativamente
pobres en nutrientes presentan una mayor diversidad, algo que es
cierto sistemáticamente en los ecosistemas
acuáticos. Una mayor biodiversidad permite a un ecosistema
resistir mejor a los cambios ambientales mayores,
haciéndolo menos vulnerable, más resiliente por
cuanto el estado del
sistema depende de las interrelaciones entre especies, y la
desaparición de cualquiera de ellas es menos crucial para
la estabilidad del conjunto que en ecosistemas menos diversos y
más marcados por la dominancia.

El papel económico

Para todos los humanos, la biodiversidad es el primer recurso
para la vida diaria. Un aspecto importante es la diversidad de la
cosecha que también se llama la agrobiodiversidad.

La mayoría de las personas vé la biodiversidad
como un depósito de recursos útil para la
fabricación de alimentos, productos farmacéuticos y
cosméticos. Este concepto sobre los recursos
biológicos explica la mayoría de los temores de
desaparición de los recursos. Sin embargo, también
es el origen de nuevos conflictos que
tratan con las reglas de división y apropiación de
recursos naturales.

Algunos de los artículos económicos importantes
que la biodiversidad proporciona a la humanidad son:

  • Alimentos: cosechas, ganado, silvicultura, piscicultura,
    medicinas. Se han usado las especies de plantas silvestres
    subsecuentemente para propósitos medicinales en la
    prehistoria. Por ejemplo, la quinina viene del árbol
    de la quina (trata la malaria), el digital de la planta
    Digitalia (problemas de arritmias crónicas), y la
    morfina de la planta de amapola (anestesia). Los animales
    también pueden jugar un papel, en particular en la
    investigación. Se estima que de las 250.000 especies
    de plantas conocidas, se han investigado sólo 5.000
    para posibles aplicaciones médicas.

  • Industria: por ejemplo, fibras textiles, madera para
    coberturas y calor. La biodiversidad puede ser una fuente de
    energía (como la biomasa). La diversidad
    biológica encierra además la mayor reserva de
    compuestos bioquímicos imaginable, debido a la
    variedad de adaptaciones metabólicas de los
    organismos. Otros productos industriales que obtenemos
    actualmente son los aceites, lubricantes, perfumes, tintes,
    papel, ceras, caucho, látex, resinas, venenos,
    corcho.

  • Los suministros de origen animal incluyen lana, seda,
    piel, cuero, lubricante y ceras. También pueden usarse
    los animales como transporte.

  • Turismo y recreación: la biodiversidad es una
    fuente de riqueza barata para muchas áreas, como
    parques y bosques donde la naturaleza salvaje y los animales
    son una fuente de belleza y alegría para muchas
    personas. El ecoturismo, en particular, está en
    crecimiento en la actividad recreativa al aire libre.
    Así mismo, una gran parte de nuestra herencia cultural
    en diversos ámbitos (gastronómico, educativo,
    espiritual) está íntimamente ligada a la
    diversidad local o regional y seguramente lo seguirá
    estando.

Los ecólogos y activistas ecológicos fueron los
primeros en insistir en el aspecto económico de la
protección de la diversidad biológica. Así,
E. O. Wilson escribió en 1992: "La biodiversidad es
una de las riquezas más grandes del planeta, y no obstante
la menos reconocida como tal
…".

La estimación de valor de la biodiversidad es una
condición previa necesaria a cualquier discusión en
la distribución de sus riquezas. Este valor puede ser
discriminado entre valor de uso (directo como el turismo o indirecto como la
polinización) y valor intrínseco.

Si los recursos biológicos representan un
interés ecológico para la comunidad, su valor
económico también es creciente. Se desarrollan
nuevos productos debido a las biotecnologías y los nuevos
mercados. Para la
sociedad, la
biodiversidad es también un campo de actividad y ganancia.
Exige un arreglo de dirección apropiado para determinar
cómo estos recursos serán usados.

La mayoría de las especies tiene que ser evaluada
aún por la importancia económica actual y futura.
Sin embargo, debemos ser conscientes de que aún nos falta
mucho para saber valorar, no sólo lo económico, si
no más aún el valor que tiene para los ecosistemas,
y ese valor o precio no lo
podemos ni siquiera imaginar.

Se considera generalmente que la expansión
demográfica y económica de la especie humana
está poniendo en marcha una extinción masiva, de
dimensiones incomparablemente mayores que las de cualquier
extinción anterior. Las causas concretas están en
la desaparición indiscriminada de ecosistemas, por la tala
de bosques, la degradación de los suelos, la contaminación ambiental, la caza y la pesca
excesivas, …etc. La comunidad científica juzga, en
general, que tal extinción representa una amenaza para la
capacidad de la biosfera para sustentar la vida humana a
través de diversos servicios naturales y recursos
renovables. Por ello la compresión de la biodiversidad
cultural en su relación con los ecosistemas es clave,
siempre que no se disocie los recursos naturales de su contexto
cultural, histórico y geográfico.

El papel científico

La biodiversidad es importante porque cada especie puede dar
una pista a los científicos sobre la evolución de
la vida. Además, la biodiversidad ayuda a la ciencia a
entender cómo funciona el proceso vital y el papel que
cada especie tiene en el ecosistema.

La evaluación
de la biodiversidad

Parámetros

La diversidad es una propiedad fenomenológica que
pretende expresar la variedad de elementos distintos. Como
cualidad fundamental de nuestra percepción, sentimos la necesidad de
cuantificarla. El desarrollo de una medida que permita expresar
de manera clara y comparable la diversidad biológica
presenta dificultades y limitaciones. No se trata simplemente de
medir una variación de uno o varios elementos comunes,
sino de cuantificar y ponderar cuantos elementos o grupos de
elementos diferentes existen. Las medidas de diversidad
existentes pues, no son más que modelos cuantitativos o
semi-cuantitativos de una realidad cualitativa con límites
muy claros en cuanto a sus aplicaciones y alcances. El desarrollo
de un concepto matemático lógico y coherente para
la modelación de la diversidad biológica a nivel
específico y genético ha sido bastante º
explorado y presenta un cuerpo sintético y robusto. La
modelación de la diversidad a nivel de ecosistemas es
más reciente, y se ha visto beneficiada por los adelantos
tecnológicos (como los SIG [9] . Las medidas de diversidad
más sencillas consisten en índices matemáticos que expresan la cantidad de
información y el grado de
organización de la misma. Básicamente las
expresiones métricas de diversidad tienen en cuenta tres
aspectos:

  • Riqueza: Es el número de elementos.
    Según el nivel, se trata del número de
    hálelos o heterocigosis (nivel genético),
    número de especies (nivel específico), o del
    número de habitats o unidades ambientales diferentes
    (nivel ecosistémico).

  • Abundancia relativa: Es la incidencia relativa de
    cada uno de los elementos en relación a los
    demás.

  • Diferenciación: Es el grado de
    diferenciación genética, taxonómica o
    funcional de los elementos.

Cada una de estos índices de la diversidad es
unidimensional y de lectura
limitada. Las comparaciones y valoraciones de la diversidad
biológica son forzosamente incompletas en estos
términos. Se usan por su carácter práctico y
sintético, pero insuficiente frente a modelos
analíticos alternativos multiescalares y
multidimensionales que responden mejor a las necesidades
específicas de conservación y manejo. Así,
la modelación bidimensional (riqueza y abundancia
relativa) puede considerarse como el estándar
"clásico" de medida y expresión de la
diversidad. De acuerdo a la escala espacial en la que se mide la
diversidad biológica, se habla de diversidad
alpha (diversidad puntual, representada por a),
beta (diversidad entre habitas, representada por β)
y gamma (diversidad a escala regional, representada por ?). Estos
términos fueron acuñados por Robert Whittaker en
1960 y gozan en general de una gran aceptación.

Dinámica

La biodiversidad no es estática:
es un sistema en la evolución constante, tanto en cada
especie, así como en cada organismo individual. Una
especie actual puede haberse iniciado hace uno a cuatro millones
de años, y el 99% de las especies que alguna vez han
existido en la Tierra se han extinguido.

La biodiversidad no se distribuye uniformemente en la tierra.
Es más rica en los trópicos, y conforme uno se
acerca a las regiones polares se encuentran poblaciones
más grandes y menos especies. La flora y fauna
varían, dependiendo del clima, altitud, suelo y la
presencia de otras especies.

Unidades espaciales y biodiversidad

La distribución de la diversidad biológica
actual es el resultado de los procesos evolutivos,
biogeográficos y ecológicos a lo largo del tiempo
desde la aparición de la vida en la tierra. Su existencia,
conservación y evolución depende de los factores
ambientales que la hacen posible. Cada especie presenta
requerimientos ambientales específicos sin los cuales no
le es posible sobrevivir. Aunque los cambios orográficos y
oceanográficos, altitudinales y latitudinales permiten
definir unidades de paisaje con bastante aproximación, la
componente específica de las especies presentes es la que
finalmente permite identificar áreas relativamente
homogéneas en cuanto a las características que
presenta u ofrece para las poblaciones biológicas.

Estas unidades de biosfera, pueden ser identificadas como
unidades de biodiversidad según diferentes criterios de
valoración: por ejemplo, el número de endemismos,
riqueza específica, ecosistémica o
filogenética. Aunque es común argumentar que tal o
cual país presentan determinados índices de
biodiversidad, las unidades espaciales de la diversidad
biológica son por definición independientes de los
límites o barreras geopoliticas.

Dos de las unidades espaciales vigentes de la biosfera, donde
el factor de la biodiversidad precede en importancia, son las
ecorregiones de Global 200 [10] identificadas por la WWF y los
"puntos calientes de biodiversidad" [11] de CI.

Global 200 identifica las ecorregiones más importantes
del planeta, tanto marinas como continentales -cuerpos de agua
dulce y terrestres- de acuerdo a la riqueza específica, el
número de endemismos y los estados de conservación
[12] .

El término "punto caliente de biodiversidad"
fue acuñado por el Dr. Norman Myers en 1998 e identifica
regiones biogeográficas terrestres importantes
según el número de endemismos y el grado de amenaza
sobre la biodiversidad [13] .

Amenazas

Durante el siglo XX se ha venido observando la erosión
cada vez más acelerada de la biodiversidad. Las
estimaciones sobre las proporciones de la extinción son
variadas, entre muy pocas y hasta 200 especies extinguidas por
día, pero todos los científicos reconocen que la
proporción de pérdida de especies es mayor que en
cualquier época de la historia humana.

En el reino vegetal se estima que se encuentran amenazadas
aproximadamente un 12,5 % de las especies conocidas. Todos
están de acuerdo en que las pérdidas se deben a la
actividad humana, incluyendo la destrucción directa de
plantas y su hábitat.

Existe también una creciente preocupación por la
introducción humana de especies exóticas en
hábitats determinados, alterando la cadena
trófica.

Actividades humanas dirigidas al desarrollo que
pueden afectar la biodiversidad

Algunos ejemplos de actividades de desarrollo que pueden tener
las más significativas consecuencias negativas para la
diversidad biológica son:

  • Proyectos agrícolas y ganaderos que impliquen el
    desmonte de tierras, la eliminación de tierras
    húmedas, la inundación para reservorios para
    riego, el desplazamiento de la vida silvestre mediante cercos
    o ganado doméstico, el uso intensivo de pesticidas, la
    introducción del monocultivo de productos comerciales
    en lugares que antes dependieron de un gran surtido de
    cultivos locales para la agricultura de subsistencia.

  • Proyectos de piscicultura que comprendan la
    conversión, para la acuicultura o maricultura, de
    importantes sitios naturales de reproducción o
    crianza, la pesca excesiva, la introducción de
    especies exóticas en ecosistemas acuáticos
    naturales.

  • Proyectos forestales que incluyan la construcción
    de caminos de acceso, explotación forestal intensiva,
    establecimiento de industrias para productos forestales que
    generan más desarrollo cerca del sitio del
    proyecto.

  • Proyectos de transporte que abarquen la
    construcción de caminos principales, puentes, caminos
    rurales, ferrocarriles o canales, los cuales podrían
    facilitar el acceso a áreas naturales y a la
    población de las mismas.

  • Canalización de los ríos.

  • Actividades de dragado y relleno en tierras
    húmedas costeras o del interior.

  • Proyectos hidroeléctricos que
    impliquen grandes desviaciones del agua, inundaciones u otras
    importantes transformaciones de áreas naturales
    acuáticas o terrestres, produciendo la
    reducción o modificación del hábitat y
    el consecuente traslado necesario hacia nuevas áreas y
    la probable violación de la capacidad de
    mantenimiento.

  • Riego y otros proyectos de agua potable que
    puedan vaciar el agua, drenar los hábitat en tierras
    húmedas o eliminar fuentes vitales de agua.

  • Proyectos industriales que produzcan la
    contaminación del aire, agua o suelo.

  • Pérdida en gran escala del
    hábitat, debido a la minería y
    exploración mineral.

  • Conversión de los recursos
    biológicos para combustibles o alimentos a escala
    industrial.

Aspectos socioculturales

A los anteriores puede añadirse con sentido la
biodiversidad cultural. Los trabajos sobre biodiversidad
biológica están incorporando el estudio el fomento
y la protección de la biodiversidad cultural,
además de la biodiversidad específica, de
ecosistemas y de la genética.

Eugenio Reyes Naranjo[14] define la Biodiversidad Cultural
como diversidad de saberes que los seres humanos han
desarrollado a través de la historia en su relación
con la biodiversidad

Esto incluye creencias, mitos, sueños leyendas,
lenguaje,
conocimientos científicos, actitudes
psicológicas en el sentido más amplio posible,
manejos aprovechamientos, disfrute y compresión de entorno
natural.

Se trata de comprender la evolución biológica
teniendo en cuenta todos los aspectos de la intervención
humana.

Agricultura
sostenible

En la agricultura orgánica, sostenible y
de bajos insumos, se labora el suelo lo menos posible, no se
aplican productos fitosanitarios para no contaminar el ambiente y
bajar los índices de toxicidad del organismo humano; en su
lugar se emplean los controles biológicos, se produce y
aplica el compost y no los fertilizantes químicos, se
realizan prácticas agrícolas tendientes a conservar
el suelo, mantener e incrementar la biodiversidad, etc.

Agricultura sostenible se refiere a todas aquellas
prácticas agropecuarias con énfasis en el medio
ambiente, prácticas que garantizar la sostenibilidad de la
explotación de las tierras para todas las
generaciones.

En relación a la revolución en la agricultura a
través de su sostenibilidad existe una ley a nivel
mundial, impulsada por el Partido de la Ley natural, que es un
organismo internacional encargado de promover y elevar la
conciencia
individual y colectiva del ser humano, en relación a su
prosperidad económica, tratando estabilizar y aumentar la
productividad y asegurar el apoyo de todos los
factores-suelo-semillas-tiempo, en donde se conjuga el éxito
de las cosechas y mantener el equilibrio ecológico, a fin
de mejorar dicha conciencia no solo a agricultores, sino a
consumidores y ayudar a la transición de una agricultura
orgánica y natural. Es en este enfoque que la agricultura
sostenible trae las siguientes características a favor del
aumento de la producción, productividad de los
agricultores y el fortalecimiento de las pequeñas y
medianas empresas, las
fincas, la agremiación de este sector para las actividades
de pre-mejoramiento y la expresión del potencial
genético:

  • La diversificación de las cosechas y la
    rotación de cultivos.

  • La conservación del suelo y del agua

  • La investigación y el uso de herbicidas, pesticidas
    y fertilizantes no químicos, que no dañen el
    equilibrio del suelo y permitan altos niveles de
    rendimiento.

  • Las técnicas que permiten reducir o eliminar el uso
    de combustibles fósiles.

  • El uso de residuos y desechos dentro del sistema de
    producción alimentaria para reciclar los nutrientes
    minerales, para evitar los fertilizantes químicos.

  • La investigación y aplicación de
    técnicas agrícolas sostenibles,
    ecológicas y de bajo coste.

  • La recuperación de aquellas prácticas
    agrícolas tradicionales que cumplan las condiciones
    anteriores.

  • Métodos de producción y
    comercialización que tengan por objeto ofrecer
    alimentos frescos y de alta calidad.

  • El tratamiento mas humano de los animales

  • Programas educativos para informar y educar a los
    consumidores sobre los beneficios de los alimentos producidos
    orgánicamente.

  • Medidas para lograr una mayor diversificación y
    flexibilidad en las decisiones sobre las explotaciones
    agrícolas y ganaderas.

  • Mercados locales para que los agricultores puedan vender
    sus propios productos producidos en la región.

Bajo la perspectiva económica la agricultura merece
importancia, debido a la implicación social que emerge, a
través de ella el gobierno
establece la seguridad
alimentaria, de un país como medio para aumentar la
producción de alimentos y mantener los niveles de nutrición en la
población, si su crecimiento no es muy considerable, las
perspectivas de los habitantes es sombrías.

Las consideraciones medioambientales desempeñan un
papel fundamental en la política agrícola
común al tratar ésta de integrar en sus normas los
problemas medioambientales y lograr prácticas
agrícolas que protejan el medio ambiente y el espacio
rural.

En consecuencia, las políticas
se orientan cada vez más a prevenir la degradación
del medio ambiente, contribuyendo, por una parte, a que los
agricultores sigan desempeñando un papel positivo en el
mantenimiento de los espacios naturales y el medio ambiente a
través de medidas específicas de desarrollo rural
y, por otra, a la rentabilidad
de las actividades agrarias en las distintas regiones.

De acuerdo a la definición propuesta por la
Comisión del Codex Alimentarius (FAO), la agricultura
orgánica que es una agricultura estrechamente ligada al
logro de la sostenibilidad en el sector agrícola "es un
sistema global de gestión de la producción que
fomenta y realza la salud de los agro ecosistemas, inclusive la
diversidad biológica, los ciclos biológicos y la
actividad biológica del suelo". Esto se consigue
aplicando, siempre que es posible, métodos
agronómicos, biológicos y mecánicos, en
contraposición a la utilización de materiales
sintéticos, para desempeñar cualquier
función específica dentro del sistema.

Otra definición, la aporta IFOAM (Federación
Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica), que
define como agricultura orgánica o ecológica a
"todos los sistemas agrícolas que promueven la
producción sana y segura de alimentos y fibras textiles
desde el punto de vista ambiental, social y económico.
Estos sistemas parten de la fertilidad del suelo como base para
una buena producción. Respetando las exigencias y
capacidades naturales de las plantas, los animales y el paisaje,
busca optimizar la calidad de la
agricultura y el medio ambiente en todos sus aspectos. La
agricultura orgánica reduce considerablemente las
necesidades de aportes externos al no utilizar abonos
químicos ni plaguicidas u otros productos de síntesis.
En su lugar permite que sean las poderosas leyes de la
naturaleza las que incrementen tanto los rendimientos como la
resistencia de
los cultivos".

"No obstante, Martí,
en su "Manual de veguero
venezolano" advertía que cada tierra y cada cultivo
necesita de un abono adecuado, que es un peligro usar abonos
desconocidos, sin probarlos antes. En "Abano" enfatizó que
no hay que cree que todo abono que se recomienda es bueno, porque
cada tierra tiene su constitución propia. Y como de abonar la
tierra con ciertas sustancias suelen venir males irreparables, no
debe el agricultor, sin probarlo bien antes en pequeño
espacio de terreno, decidirse a usar un abono desconocido en sus
cultivos.

La Comunidad se ha puesto como objetivo
alcanzar un justo equilibrio entre la producción
agrícola competitiva y el respeto de la
naturaleza y el medio ambiente. El proceso de integración se basa en la
introducción de medidas para la protección del
medio ambiente en los diferentes campos de actuación
comunitaria y lleva consigo la firme resolución de
alcanzar la coherencia entre la política ambiental y la
agrícola.

"Una arquitectura
sostenible para la producción orgánica,
consecuentemente, demanda que
las ganancias y el crecimiento futuro de lo orgánico sean
logrados por medios que están en armonía con los
principios biológicos y culturales, los cuales aseguren
integridad ecológica y responsabilidad
social. Un sistema que carece de integridad económica,
ecológica y social no es sostenible".

Los "agricultores orgánicos" se ven a si mismos como
protectores de la naturaleza. Los agricultores orgánicos
también creen en vivir en armonía con la gente –
cooperando con otros agricultores en lugar de competir. Ellos ven
sus clientes como
gente, con los cuales ellos pueden mantener positivas relaciones
personales, no como mercados para ser explotados por ganancias.
Ellos ven "la calidad de
vida" como algo mas que "un estándar de vida".
Alimentos saludables, un ambiente saludable, buenas comunidades,
y una sociedad fuerte son vistos como los productos naturales de
una filosofía orgánica.

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